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LA DÉCADA
PRODIGIOSA
La arqueologia catalana,
un instrumento
vertebrador al servicio
de la Mancomunidad
de Cataluña
Cataluña y la arqueología. Las raíces de una disciplina
La arqueología entre el catalanismo cultural y el político
Las bases de una década prodigiosa, 1907-1914
Gran Guerra, Mancomunidad, IEC y Pere Bosch Gimpera
1915. Un primer intento de profesionalización
La década prodigiosa de la arqueología catalana
La arqueología catalana dentro y fuera de Cataluña
La gran aventura del Bajo Aragón
Baleares y las Pitiusas: el proyecto más personal de Josep Colominas
Agonía y final de una década prodigiosa
La Sección Histórico-Arqueológica y el mundo insular. Las Baleares y las Pitiusas: el proyecto más personal de Josep Colominas
En 1916 la Sección Histórico-Arqueológica del Instituto de Estudios Catalanes inicia el proyecto de estudiar de manera científica los vestigios arqueológicos de las Islas Baleares y las Pitiusas. Hasta el momento, la arqueología de las Islas había despertado el interés de muchos estudiosos, principalmente extranjeros, pero siempre había sido analizada de un modo fragmentario por el hecho de formar parte de estudios comparativos basados en las colecciones ya existentes y en las evidencias de restos visibles. Pero los yacimientos nunca habían sido objeto de excavaciones científicamente programadas.
Entrada a la cueva artificial Es Rafal (Santa Eugènia, Mallorca). 1916.
Ficha repertorio iconográfico de España.
Archivo fotográfico MAC
Fondo Colominas
Los precedentes
En Mallorca, en 1885 se empiezan a publicar estudios sobre sus restos arqueológicos en el Boletín de la Sociedad Arqueológica Luliana, entidad que había nacido en 1880 con la voluntad de salvaguardar y preservar en un museo el fondo patrimonial disperso, ya que, efectivamente, muchas de las colecciones se encontraban en manos particulares.
Por su parte, en Ibiza, los precedentes más o menos académicos de su arqueología fechan de 1903, año de la fundación de la Sociedad Arqueológica Ebusitana, entidad que tenía como objetivo reunir todos los hallazgos arqueológicos fortuitos que se habían sucedido desde mediados del siglo XIX y que también inició la programación de exploraciones en diversos yacimientos arqueológicos de la isla y de Formentera, como fue el caso, por ejemplo, del más emblemático de todos, el Puig des Molins. Pocos años después, en 1907, todos los objetos que conformaban el museo creado por la citada sociedad fueron cedidos al Estado, que aquel mismo año nombró a Rafael Vidal Garcia director de la nueva institución museística. Este nuevo museo estatal contó, a partir de 1911, con un nuevo director, Carlos Roman Ferrer, quien intentó proseguir las excavaciones en el Puig des Molins a partir del año 1913.
Pequeño templo romano situado dentro del yacimiento Els Antigors (Ses Salines, Mallorca). 1916.
Archivo histórico documental MAC
Fondo Colominas
Excavaciones de la necrópolis de Can Flit (Sant Antoni, Ibiza). 1916.
Autor desconocido
Archivo fotográfico MAC
Trabajadores de las excavaciones dentro del talayote del poblado Es Velar (Sencelles, Mallorca). Entre 1918 y 1920.
Archivo fotográfico MAC
Excavaciones del yacimiento de Santa Eulalia (Ibiza). 1916.
Archivo fotográfico MAC
Fondo Colominas
Excavaciones del yacimiento de Santa Eulalia (Ibiza). 1916.
Archivo fotográfico MAC
Mallorca e Ibiza, dos casos diferentes
Las excavaciones arqueológicas en las Baleares no se hicieron con método científico hasta que se empezaron, en 1916, las exploraciones del Instituto de Estudios Catalanes lideradas por Josep Colominas. Efectivamente, en marzo de 1916 Colominas inicia su etapa de investigación en las Islas Baleares y excava primero en Ibiza, donde explora el Puig des Molins y otros yacimientos menores. Allí consigue formar un pequeño equipo de trabajadores conducidos por un hombre de confianza, Josep Marí. De este modo, a lo largo de todo el verano compagina las exploraciones de Ibiza con las de Mallorca y si en el mes de julio excava en Mallorca la cueva de Son Taixaquet (Llucmajor), en el mes de agosto de 1916 ya hace su primer envío a Barcelona de los materiales de sus excavaciones al Puig des Molins.
En otoño, de nuevo en Mallorca, trabaja en los talayotes de Santa Eugènia y Sencelles, en los asentamientos de Ses Salines de Santanyí y en la basílica de Son Peretó. Este ir y venir de una isla a la otra será una constante a lo largo de todos los años que seguirán, durante los cuales añade a los trabajos científicos las islas de Menorca y Formentera.
En Ibiza, el Instituto tuvo que conformarse en hacer trabajos menores; incluso Colominas pagó a Antonio Vives Escudero 125 pesetas para compensarlo por las excavaciones del Instituto en el Puig des Molins, donde el segundo tenía preferencia por el hecho de disponer de una concesión de permiso.
Un cariz más ágil tuvieron las excavaciones en Mallorca. Destacan, en primer lugar, las intervenciones llevadas a cabo en el yacimiento de Capocorb Vell, en Llucmajor, a partir de 1917, empresa que ocuparía a Josep Colominas con una dedicación y una intensidad notables al menos hasta el año 1926. Paralelamente a las excavaciones de Capocorb, Colominas excavó en muchos otros yacimientos cercanos, como Son Julià, Son Dalabau y Son Cresta, entre otros.
Recreación pintoresca del estilo de vida de los habitantes del poblado talayótico de Capocorb Vell (Llucmajor, Mallorca). 1918.
Archivo fotográfico MAC
Fondo Colominas
Excavaciones del yacimiento talayótico de Capocorb Vell (Llucmajor, Mallorca). 1918.
Archivo fotográfico MAC
Fondo Colominas
Excavaciones a la entrada de la Cova Monja de Biniali (Sencelles, Mallorca). 1919.
Archivo fotográfico MAC
Fondo Colominas
Excavaciones de la cueva funeraria de Son Cresta (Llucmajor, Mallorca). 1918.
Archivo fotográfico MAC
Fondo Colominas
Excavaciones de la muralla del poblado talayótico de Son Julià (Llucmajor, Mallorca). Entre 1916 y 1920.
Archivo fotográfico MAC
Fondo Colominas
Excavaciones de la cueva de Son Taixaquet d'en Toni (Llucmajor, Mallorca). Entre 1915 y 1920.
Archivo fotográfico MAC
Fondo Colominas