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LA DÉCADA

PRODIGIOSA

La arqueologia catalana,

un instrumento

vertebrador al servicio

de la Mancomunidad

de Cataluña

Cataluña y la arqueología. Las raíces de una disciplina

 

Entre 1875 y 1914 Cataluña es protagonista de una efervescencia económica, política, social y cultural sin precedentes. La conjunción de una serie de factores –el desastre colonial español de 1898, las guerras africanas, el movimiento romántico, la industrialización, la consolidación de una burguesía ilustrada y potente, el fenómeno de la Renaixença literaria ligado al renacimiento de la conciencia de colectividad diferenciada en todo el país, junto con una notable complejidad política y social y el arraigo y la progresión del catalanismo político– favorece la necesidad de conocer y entender el país con mucha más profundidad.

 

Desde el inicio, la arqueología en Cataluña estará estrechamente vinculada a diversas actividades con las que se interrelacionará: el excursionismo científico y los estudios de geología y paleontología y, lógicamente, las exploraciones espeleológicas introducidas en Cataluña como disciplina científica por el padre Norbert Font i Sagué.

 

Serán los años álgidos de las actividades de ilustres pioneros como Bonaventura Hernández Sanahuja, Francesc Carreras i Candi, Ceferí Rocafort i Sansó, Joaquim Botet i Sisó, Josep Soler i Palet, Norbert Font i Sagué, Lluís Marià Vidal i Carreras, Amador Romaní i Guerra, Pere Alsius i Torrent, Manuel Cazurro Ruiz, Francesc Martorell i Peña, Joan Rubió de la Serna, Eduard Toda i Güell, Josep Pella i Forgas, Ferran de Sagarra i de Siscar...

 

Y también serán los años a lo largo de los cuales se abrirá paso, de forma lenta pero progresiva, una nueva visión de la importancia de las ruinas de Empúries como restos capitales para la historia del país.

 

 

Empúries... ¡siempre Empúries!

 

En 1846 la Comisión Provincial de Monumentos de Girona había estado excavando durante siete meses en las ruinas de Empúries, excavaciones que conllevaron el descubrimiento del sarcófago llamado de las Estaciones. La actuación pudo llevarse a cabo gracias al patrocinio de la Diputación de Girona y después de un primer intento por parte del Jefe Político de Girona en 1841, proyecto que fue rechazado por la Real Academia de la Historia. Sin embargo, una nueva visión de la importancia del yacimiento nacerá después de la publicación de la obra de Botet i Sisó y del inicio de las excavaciones sin control por parte del Servicio Hidrológico y Forestal del Estado con el fin de fijar las dunas en el año 1901.

La arqueología y el excursionismo científico

 

En 1876 nace la Associació Catalanista d’Excursions Científicas (‘Asociación Catalanista de Excursiones Científicas’), precedente del Centre Excursionista de Catalunya (CEC, ‘Centro Excursionista de Cataluña’) creado en 1890, institución que en el futuro estará muy ligada al conocimiento global del territorio, que incluirá, como es lógico, el estudio de sus raíces. Ilustres prohombres de las instituciones académicas y de la investigación catalana vinculados estrechamente a la disciplina arqueológica, como Lluís Marià Vidal y Antoni Rubió i Lluch, serán presidentes del CEC.

 

Un numeroso grupo de estos investigadores –a menudo vinculados al activismo político o sencillamente cívico y asociacionista– escribirá en las páginas del Butlletí (‘Boletín’) del CEC, órgano de expresión de la entidad y de difusión no solo de sus actividades sino también de investigaciones en toda Cataluña y en territorios vecinos.