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LA DÉCADA

PRODIGIOSA

La arqueologia catalana,

un instrumento

vertebrador al servicio

de la Mancomunidad

de Cataluña

La gran aventura del Bajo Aragón

El inicio del siglo XX nos muestra un panorama de efervescencia social y cultural en la zona del Bajo Aragón en un contexto de regeneracionismo militante muy activo y que a menudo rehúye límites provinciales y regionales. Así, entre 1902 y 1905 Juan Cabré explorará y excavará el asentamiento de San Antonio de Calaceite y en 1902 también nacerá el llamado Grupo del Boletín de Historia y Geografía del Bajo Aragón, asociación de prohombres de la zona que editará este medio de expresión con contenidos de sus investigaciones arqueológicas, documentales y archivísticas entre enero de 1907 y diciembre de 1909.

 

Formarán parte del grupo del Boletín Santiago Vidiella Jassà, Lorenzo Pérez Temprado, Mariano Galindo Garcia, Matias Pallarés Gil, Bernardo Gerona Ferrer, Julián Ejerique Ruiz y, finalmente, Juan Cabré Aguiló. Todos mantendrán contactos con instituciones culturales catalanas y con los prohombres de la cultura catalana de las tres primeras décadas del siglo XX, a pesar de que los más activos y con una transcendencia mayor para las actividades arqueológicas, primero de la Junta de Museos y después del Instituto de Estudios Catalanes, serán Santiago Vidiella, Lorenzo Pérez–secretario de Mazaleón–, Matias Pallarés –sastre de oficio con taller en Barcelona– y Juan Cabré.

 

 

Miembros del Grupo del Boletín de Historia y Geografía del Bajo Aragón en Favara (Zaragoza).

Autor Juan Cabré
Archivo Fototeca del Instituto del Patrimonio Cultural de España

Grupo del Boletín de Historia y Geografía del Bajo Aragón. De derecha a izquierda: Maties Pallarès, Lorenzo Pérez Temprado, tres personajes desconocidos y Santiago Vidiella.

Autor desconocido
Archivo particular

Vista general de la cima donde se sitúa el poblado ibérico de San Antonio y la ermita con el mismo nombre (Calaceite, Teruel). Entre 1919 y 1920.

Autor descnocido
Archivo fotográfico MAC

Las primeras exploraciones

El Instituto de Estudios Catalanes hace suya la ilusión de Matias Pallarés, miembro del grupo del Boletín y sastre de oficio en Barcelona, que insiste para que el IEC excave en la zona del Bajo Aragón. El acta de la Sección Histórico-Arqueológica del 15 de septiembre de 1914, ya constituida la Mancomunidad, señalará un día histórico para la arqueología catalana y también peninsular: “[…] el Sr. Martorell […] expone como se nos presenta la ocasión de empezar unas excavaciones que […] tienen que proporcionar admirables resultados […] las estaciones explorables se hallan en la conjunción de las fronteras de Cataluña, Valencia y Aragón en la región comprendida entre Calaceite, Caseres y Mazaleón […] El Sr. Pallares convocó una junta de prohombres de la región […] Todos se mostraron de acuerdo […]”.

 

Así, el Instituto acuerda destinar 1.000 pesetas para empezar los trabajos “[…] y nombrar al Sr. Bosch Gimpera de reconocida competencia en estos trabajos para que sea su director”.

 

Las duras negociaciones con Juan Cabré

En septiembre de 1914, ya hacía mucho tiempo que Juan Cabré Aguiló, hijo de Calaceite y la persona que poseía el permiso oficial de excavación para el asentamiento ibérico de San Antonio de Calaceite, no trabajaba en aquel territorio, absorbido por sus investigaciones sobre arte rupestre. La decisión de la Sección Histórico-Arqueológica del IEC de intervenir en yacimientos del Bajo Aragón a instancias de Matias Pallarés implicó algunos enfrentamientos y una serie de gestiones para conseguir las autorizaciones pertinentes de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades de Madrid.

 

Sin embargo, después de duras negociaciones y también de presiones de algunas instancias políticas y académicas de Madrid, Cabré renunció a sus derechos legales y se acordó una repartición de funciones y de determinados yacimientos entre dos instituciones para que en el futuro pudieran intervenir sobre el territorio aragonés tanto el Instituto de Estudios Catalanes, como la Comisión de Investigaciones Paleontológicas y Prehistóricas de Madrid.

 

Efectivamente, ya en otoño de 1914 hay un desembarco en la zona bajo aragonesa de los hombres del Instituto: Bosch Gimpera participa en la campaña de excavaciones de Matias Pallarés en la Gessera de Caseres y él mismo, por cuenta del IEC, excavará parcialmente el Tossal Redó y sondeará la Serra Mitjana de Caseres. También este año, Josep de C. Serra-Ràfols trabaja en la Torre Cremada de Valdeltormo y se prospectan un gran número de yacimientos.

 

Entre el 30 de julio y el 5 de noviembre de 1915, Bosch Gimpera llevará a cabo la primera campaña sistemática en San Antonio de Calaceite. En el mes de septiembre, Vidiella Jassà, Ejerique Ruiz y Pérez Temprado excavarán el Piuró del Barranc Fondo (Mazaleón), y este último también trabajará en las Escodines Altes y Baixes y en San Cristóbal de Mazaleón. Finalmente, Josep Colominas y Agustí Duran excavarán en el Vilallonc y en muchos sepulcros tumulares.

 

 

Excavaciones del poblado ibérico de Vilallonc (Calaceite, Teruel). 1915

Archivo fotográfico MAC

Piezas del Tesoro de Montilla (Córdoba) adquiridas a Juan Cabré. Fotografía para la exposición “España Primitiva. El Arte en España, 1929”.

Archivo fotográfico MAC

La adquisición de la colección Cabré

Sin duda, a pesar de los problemas iniciales, la decisión de Cabré de vender a Cataluña una parte importante de su colección privada marcará el punto álgido de estas relaciones. Efectivamente, en fecha 11 de noviembre de 1918, la Junta de Museos de Barcelona comunica a Juan Cabré el acuerdo de conformidad a pagar la cantidad de 14.000 pesetas por la colección que les había ofrecido primero por 15.000 pesetas y que incluía piezas tan notables como el tesoro de Montilla (Córdoba), las pinturas rupestres de Calapatà (Cretas, Teruel) y materiales ibéricos del Bajo Aragón y del santuario del Castellar de Santisteban (Jaén), entre otros, que hoy día se hallan en el Museo de Arqueología de Cataluña, en Barcelona.

 

 

Las donaciones de materiales arqueológicos de prohombres del Bajo Aragón

Las estrechas relaciones entre el IEC y las instituciones barcelonesas y los prohombres aragoneses que colaboran en ellas se consolidan cada vez más. Así, las actas de la Sección Histórico-Arqueológica del 3 de diciembre de 1915 dejan constancia de la donación que Pérez Temprado hace de objetos bajo aragoneses al IEC, ya que envía a Barcelona diez cajas y ocho bultos con su colección.

 

También antes del inicio de las excavaciones en San Antonio, en 1915, Santiago Vidiella y Julián Ejerique habían donado al Instituto un lote heterogéneo de materiales procedentes de yacimientos excavados por ellos mismos con la colaboración de Juan Cabré.

 

El impulso definitivo

Finalmente, entre los años 1915 y 1923 las prospecciones –bautizadas como excursiones– y los trabajos de excavación incluirán un gran número de yacimientos o “estaciones”. Todavía en el año 1919, entre los días 2 y 26 de septiembre, proseguían los trabajos en San Antonio de Calaceite, a pesar de que a partir de este momento las intervenciones se reducirán de manera substancial con algunas excepciones, como sucede en el yacimiento de la Balma del Canyaret, también en Calaceite, excavado entre 1919 y 1920.

 

La Dictadura de Primo de Rivera, a partir del 13 de septiembre de 1923, hará invertir la trayectoria del Instituto en todas partes, también en el Bajo Aragón. La supresión de la Mancomunidad en 1925 implicará la falta de subvenciones al IEC y, por lo tanto, la imposibilidad de proseguir las investigaciones en la zona.

 

Sector norte del poblado ibérico de San Antonio (Calaceite, Teruel). Entre 1916 y 1920

Archivo fotográfico MAC

Vista de la muralla del yacimiento ibérico del Tossal Redó (Calaceite, Teruel). Entre 1914 y 1917.

Archivo fotográfico MAC

Cámara número 4 del yacimiento arqueológico del Tossal Redó (Calaceite, Teruel). Entre 1914 y 1917.

Archivo fotográfico MAC

Excavaciones de las habitaciones cercanas a la torre del poblado ibérico de San Antonio (Calaceite, Teruel). Entre 1919 y 1920.

Archivo fotográfico MAC

Pere Bosch i Gimpera en el poblado ibérico de San Antonio (Calaceite, Teruel). Entre 1919 y 1920.

Archivo fotográfico MAC