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LA DÉCADA

PRODIGIOSA

La arqueologia catalana,

un instrumento

vertebrador al servicio

de la Mancomunidad

de Cataluña

Las bases de una década prodigiosa, 1907-1914

Desde el inicio, el Instituto de Estudios Catalanes llevará en su código genético el ADN de la investigación arqueológica. Así, ya en el año 1907 las actas de la Sección Histórico-Arqueológica harán eco de los descubrimientos de Joan Cabré en Calaceite (Bajo Aragón) y, por ejemplo, el 6 de junio de 1908 dichas actas mencionarán también la marcha hacia El Cogul de la expedición del Centre Excursionista de Catalunya subvencionada por el IEC con 500 pesetas. También en el año 1908, en el mes de mayo, Puig i Cadafalch explica a la Sección el hallazgo del horno de cerámica de Sant Martí Sarroca y en el mes de junio Josep Pijoan y Adolf Schulten, el excavador de Numancia, visitan Empúries una vez ya iniciadas la nuevas excavaciones de la Junta de Museos.

 

Más adelante, el 5 de noviembre del año 1909, las excavaciones emporitanas de la Junta de Museos localizan los primeros restos de la escultura de Asclepio, convertida en uno de los principales iconos del movimiento novecentista. La filosofía de la investigación arqueológica en el IEC huirá del aislamiento y en el año 1911 Jordi Rubió visita diversas excavaciones invitado por el marqués de Cerralbo, al tiempo que, en sentido contrario, el profesor Hugo Obermaier visita en Barcelona la sede del Instituto.

 

A lo largo de estos años asistimos siempre a una estrecha colaboración entre el Instituto y la nueva Junta de Museos de Barcelona. Esta colaboración favorece el estudio y la difusión de las investigaciones en las ruinas de Empúries. Las páginas de los sucesivos anuarios del Instituto de Estudios Catalanes serán un reflejo paradigmático de ello.

Josep Pijoan y la Escuela de Altos Estudios en Roma

 

En el contexto de esta dinámica de intercambios, colaboraciones y, muy pronto, internacionalización, en diciembre de 1909, a instancias de Josep Pijoan, el Instituto de Estudios Catalanes propone al ministro de Estado Pérez Caballero la creación de una Escuela de Altos Estudios en Roma a semejanza de instituciones académicas prestigiosas de otros países como, por ejemplo, la British School at Rome, la American School of Classic Studies o la École Française de Rome.

 

Esta iniciativa se convertirá en el embrión de la nueva Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, nacida el 3 de junio de 1910. El alma de la Escuela desde enero de 1911 y a lo largo de sus primeros tiempos será el entusiasta e infatigable Josep Pijoan, uno de los miembros fundadores del Instituto y su primer secretario, que se afanará, una y otra vez, por conseguir que la lengua catalana esté en igualdad de condiciones que el castellano en los actos y las decisiones de la recién nacida academia romana –objetivo que no conseguirá.

 

Portada del Catalogo della mostra archeologica nelle terme di Diocleziano de la Exposición Internacional de Roma de 1911. El Instituto colaboró activamente en esta muestra, que se inauguró en el mes de abril de 1911 con el fin de conmemorar el cincuenta aniversario de la unificación italiana.

Biblioteca MAC

El Instituto de Estudios Catalanes y la investigación arqueológica hasta el año 1914

 

Así, a lo largo de estos años que preceden al momento clave de 1914, el IEC no desfallece en su actividad de investigación arqueológica, ya sea directa o inducida o en colaboración: cada año se subvencionan generosamente las excavaciones en Capellades, en noviembre de 1911 la Sección Histórico-Arqueológica encarga a Manuel Cazurro el estudio de los vidrios emporitanos, en septiembre de 1912 Cazurro presenta el resultado de los estudios estratigráficos sobre Empúries y Puig i Cadafalch muestra fotografías tanto de una cabeza griega helenística como del emblema policromo o mosaico de los Peces del siglo I a. C. localizado aquel mismo año en la neápolis del mismo yacimiento. En 1913 la Sección Histórico-Arqueológica estudia los moldes de cerámica sigilada romana presentados por Serra Vilaró.

Yacimiento arqueológico del Abric Romaní de Capellades. Primer tercio del siglo XX.

Archivo Fotográfico del Centre Excursionista de Catalunya
Foto Francesc Alsina i Vila